La mano de Dios

Nehemías es el reconstructor de las murallas de Jerusalén en tiempos del cautiverio babilónico; cuando supo lo que estaba pasando su pueblo, lloró de pena, oró al Señor y actuó para revertir la situación. En respuesta a la pasión de Nehemías, y a su testimonio de vida, sus hermanos cobraron fuerzas y decidieron levantar otra vez los muros caídos de Jerusalén. Por eso nuestro testimonio es tan importante, viva con la expectativa de que Dios le escogió para ser un líder de su pueblo; asuma esta tarea con humildad, sabiduría y dependencia del Señor; y déjese guiar por el Espíritu Santo, para que pueda levantar los muros de su vida y de la obra que Dios está levantando a lo largo y ancho del mundo. Que el Señor nos bendiga a todos.